Este poema titulado "Romance del Duero" es un romance compuesto por el poeta cántabro Gerardo Diego (Santader, 1896- Madrid, 1987) compuesto durante su estancia en la ciudad de Soria en los años veinte. La composición está incluida en la obra Soria.
El romance comienza con una personificación, ya que Gerardo Diego le habla al río como si de una persona se tratase. El río no ha cambiado de lugar y a lo largo de los siglos ha visto las glorias de Castilla y actividades de la vida cotidiana. Pero ahora ya nadie lo acompaña, el Duero ha caído en el olvido y ni la ciudad quiere ver reflejada su antigua muralla que se hace pedazos, es la metáfora de la ciudad desdentada. Gerardo Diego continúa aquí con la personificación, ya que trata a la ciudad como a una persona. Estas palabras nos recuerdan a las estrofas en las que Machado en "A orillas del Duero" le hablaba a una Castilla que había perdido su iniciativa y que, en definitiva, había perdido todo cuánto había poseído en el pasado. La influencia de Antonio Machado no solo aparece en esta estrofa, sino que este autor influyó en gran manera en los autores posteriores, sobre todo en el caso de hablar de Soria y evocar a Castilla. En este caso en el romance al completo vemos una dignificación a Antonio Machado, que había vivido en Soria y escrito Campos de Castilla algunos años antes.
La poética del autor aparece expresada cuando Gerardo Diego le habla al río cuya agua cambia, aunque el primero siga siendo el mismo. Esta es una antítesis, pues presenta al río como cambiante y quieto al mismo tiempo. Al lado de este río que permanece quieto en su sitio el poeta nos presenta a esos enamorados que pasean al lado del Duero y que se dedican palabras de amor que, finalmente, no son más que eso: palabras.
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